Día de Muertos contra Halloween

Los días transcurren y vemos llegar la temporada de las celebraciones y actividades que más destacan en México. Los últimos meses del año anuncian en los hogares mexicanos que ya se aproximan esos días de festejo, diversión, convivencia. Sobre todo, aquella época nostálgica donde recordamos a nuestros seres queridos que se adelantaron en el viaje.

¿A qué nos referimos con la celebración del día de Muertos?

Durante los primeros dos días de noviembre, México se caracteriza por vestirse del amor al recuerdo y alimentar de tradición a cada una de las familias y rincones de los pueblos y ciudades. Nos referimos a una de las celebraciones más esperadas de todo el año, donde tiene lugar el encuentro de dos mundos: el de los vivos y el de muertos.

Conocido también como el día de los Fieles difuntos o Todos los Santos, esta tradición mexicana tuvo lugar desde la época prehispánica, donde diferentes culturas, entre ellas la Maya, llevaban a cabo la práctica de rituales a dioses para honrar el tedioso viaje que realiza el alma de un ser después de partir de este mundo. De esta manera, ellos lograban honrar a la muerte, tomándola como parte esencial del proceso para alcanzar el descanso eterno, siendo estas las raíces que se han mantenido de generación tras generación.

Aunque rondando estas fechas, el día de Muertos en México no es la única celebración cercana ya que el país vecino le da la bienvenida al Halloween.

¿Cuál es la diferencia entre Halloween y Día de Muertos?

Existe un choque de ideas entre algunos habitantes del país, ya que, en fechas similares, se celebra tanto el Día de Muertos como Halloween. Si bien, ambas podrían sonar iguales, la realidad es que sus raíces son muy diferentes.

Mientras que en Mesoamérica se desarrollaban rituales, en alguna parte de Europa, para ser exactos en la cultura Celta, se llevaba a cabo el festival conocido como Samhain. En él, los habitantes, agradecían las cosechas de las temporadas y esperaban el día en que la puerta al “más allá” se abriera y, de esta manera, permitir que los espíritus regresaran por una noche al mundo de los vivos.

A pesar de tener sus inicios en Europa, con el paso del tiempo esta actividad fue ganando peso hasta llegar a considerarse como una celebración aceptada internacionalmente. Estados Unidos se ha encargado de contribuir notoriamente con esto, constatando una vez más que, aunque los contextos de ambos festejos cuentan la admiración del ser humano por la vida después de la muerte, también son completamente diferentes.

 ¿Cuáles son sus diferencias?

• En México, el día de Muertos es un viaje al pasado de los difuntos. La elaboración de altares es todo un arte elaborado según la creatividad de cada familia y casi obligatorio como muestra de amor y agradecimiento. Los altares, están conformados de otros elementos igual de esenciales, así como lo son las flores de cempasúchil, veladoras encendidas, fotos especiales del ser querido, bebidas y comidas favoritas… ¡todo lo que nos recuerde a ese personaje amado que partió!
• Normalmente son elaborados sobre las tumbas de los muertos para que las familias puedan estar más cerca de su espíritu, pero es muy común verlos por doquier, lo importante es que todos convivan en medio de la alegría y el recuerdo.
• Mientras que en Estados Unidos, la noche de Halloween se viste de tonos oscuros (en su mayoría persiste el negro, morado y tonos anaranjados) y calabazas tenebrosas de todos los tamaños. Sus habitantes eligen atuendos escalofriantes con los cuales poder asociarse con el alma de los muertos que han llegado de visita, generar ambiente de terror y practicar algunas actividades como el conocido “dulce o truco” (trick or treat) para ofrecerlo como ofrenda ante las almas en pena.

 Es importante tomar en cuenta que todas las diferencias entre estas tradiciones sólo enriquecen la admiración humana por la muerte. 

No cabe duda de que el mejor lugar para celebrar estas tradiciones es la Ciudad de México. Por una parte, las calles se llenan con todo el colorido de las flores, luces y comida tradicional para recibir a los seres queridos; mientras que los clubes y algunos restaurantes se pintan tenebrosos como en Halloween.

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